" ... (de todos los riesgos asociados a mi condición de astronauta) nada puede compararse con el riesgo más inquietante: el de que algo malo pudiera sucederle a algún ser querido mientras estoy en el espacio, sin forma alguna de volver a casa." Me encanta compartir con vosotros una de las lecturas más estimulantes de los últimos meses. Resistencia, de Scott Kelly, es el testimonio en primera persona del astronauta que estuvo en el año 2015 un año en el espacio. Su experiencia en la Estación Espacial Internacional la transformó en uno de los libros más importantes que existen en torno a la relación del ser humano con la aventura espacial. Reconozco mi fascinación por la profesión de astronauta (¿quién no ha soñado con serlo y al menos jugado a serlo?) y Resistencia es probablemente -con permiso de algún otro que mencionaré después- el libro que mejor describe qué supone ser astronauta, qué motiva a serlo, a qué se renuncia. Es difícil resumir en unas pocas líneas todo lo que
Se hace difícil volver a escribir en este blog después de un año, donde otros lugares, otros formatos, y probablemente otro público, fueron testigos de reseñas, reflexiones, pasiones y vivencias en torno a lo que me apasiona: los libros, las historias que contienen, la textura de sus páginas, su olor, la oscuridad de la noche solo iluminada por la luz que apunta a tu libro, quedarse dormido sobre él, la sensación única que transmite terminar uno y darse cuenta que sin ellos no se qué sería de nosotros. Ha sido una breve conversación, de alguien que estuvo siempre cerca del nacimiento del blog (lo de él tiene más mérito, él escribe de verdad, aquí solo juntamos letras aprovechándonos de lo que otros escriben), la que ha activado el resorte para que todo vuelva a su sitio. Porque el sitio de todo siempre estuvo aquí. Y aquí volvemos. Gracias Salvador, tú sabes cuánto tienes que ver con este nuevo comienzo. Vamos allá. Qué bien le sienta el campo a Tostonazo Vuelve -volvemos a- Santiago