Ir al contenido principal

Saliendo de la estación de Atocha, Ben Lerner (Literatura Random House)

El puente ha hecho estragos en este humilde bloguero, y nuestra puntual cita semanal llega con unas horas de retraso. Espero que la espera merezca la pena.

Hoy traigo al blog la primera novela de un autor que tenía muchas ganas de leer, para poder comprobar qué hay de cierto en todo lo que se ha escrito sobre él. Se trata de Ben Lerner, para muchos la gran esperanza literaria norteamericana, llamado a encabezar una generación preparada para suceder a la insigne lista que conforman Philip Roth, Jonathan Franzen o Don de Lillo entre otros. Prometedor, ¿verdad?

Decidido a leer 10:04, novela que le ha consagrado, me encontré de casualidad con su anterior y primera novela, Saliendo de la Estación de Atocha, que también ha recibido excelentes críticas, y que en España ha editado Literatura Random House.

Portada del libro
Saliendo de la Estación de Atocha cuenta la historia de Adam Gordon, joven poeta norteamericano que vive en Madrid durante un año gracias a una beca, una suerte de proyecto poético que gira alrededor de la Guerra Civil. Con este punto de partida, acompañamos a Adam en su deambular por un Madrid a través de los ojos de una especie de turista accidental en plena crisis creativa, como si una versión castiza de la película Jo, qué noche se tratara.

Se trata de un libro fresco, ligero, nada petulante, y no por ello superfluo y carente de contenido, sino todo lo contrario. En Saliendo de la Estación de Atocha vemos como un escritor (el protagonista, que no deja de ser el alter ego nada disimulado del propio Ben Lerner) es capaz de ridiculizar su propia creación literaria (el proceso en sí y el resultado final). Adam comprueba como sus creaciones, sin valor para él, adquieren significado (incluso para él) cuando aparece alguien que los lee, que los interpreta, que, en definitiva, los transforma.

A medio camino entre el ensayo ligero y la novela urbana, y con mucho sentido del humor, el autor nos invita a recorrer un Madrid bohemio, nocturno y, permitidme la expresión, Erasmusiano. Y lejos de suponer un elemento a priori digno de rechazo (Madrid visto por un norteamericano cuya referencia más cercana de España podría ser Hemmingway y una Guerra Civil idealizada) se convierte en una interesante visión sobre la poliédrica Madrid, donde de alguna manera todos confluimos, a la que recurrimos constantemente, a la que añoramos incluso cuando la disfrutamos.

He llegado a sentir cariño y nostalgia, no por el Madrid que conforman mis recuerdos, sino por el Madrid eterno de Adam Gordon (Ben Lerner), ese que imagino mientras leo que él va a recordar dentro de muchos años cuando rememore la época que vivió por sus calles, sus bares y sus museos.

En un momento del relato, el protagonista se convierte en testigo accidental de los atentados de Atocha. El trauma que vive la ciudad ese fin de semana de Marzo es observado de repente por un extraño al que no hace falta explicarle muchas cosas para entenderlo todo. Son sólo unas pocas páginas, pero el autor expone con una sencillez meridiana y casi insultante lo que algunos todavía no han sido capaces de entender. Me gusta su tono, su ausencia de drama (sin negarlo) y su facilidad para transitar por un hecho tan relevante sin convertirlo en protagonista de la historia, sino en un trazo más del paisaje.


Ben Lerner

Se trata de una lectura fácil y amena que os recomiendo para conocer a Ben Lerner. Estoy seguro de que seguiremos hablando de él durante muchos años. En esta primera novela, es capaz de demostrar que la sencillez en la prosa no está reñida con la calidad literaria. Se trata, sin exagerar, del paradigma de primera gran novela escrita por un escritor destinado a escribir cosas muy grandes.
A mi me ha convencido, y ya he apuntado en mi agenda de libros pendientes la ya mencionada 10:04. Estoy seguro que no me va a defraudar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Subsuelo, Marcelo Luján (Salto de Página)

Aún conservo el recuerdo, fresco como cuando ocurrió, de los hallazgos literarios que han marcado mi vida. Aunque depende de cada experiencia personal, estos descubrimientos suelen ser pocos, tres, cinco, una decena tal vez, pero describen muy bien la relación de un lector con la literatura, con su literatura. Este itinerario está formado for libros-brújula que nos ayudan a trazar el camino hasta el siguiente. No se trata de encontrar libros que nos gusten, que nos enamoren, que nos hagan ver la vida de otro modo tras su lectura. Los libros-brújula son la vida misma, más que transformarla la definen. Nos definen. Mis libros-brújula. La buena letra, Marinero en tierra, Últimas tardes con Teresa, El Aleph. .. Cada uno ocupa un lugar, una trascendencia propia, personal. Sólo comparten entre sí su condición de imprescindibles para aquellos que quieran conocer mi ser como lector. Y de repente Subsuelo . De repente este libro de Marcelo Luján que remueve los cimientos. Esos ci...

Pequeños pies ingleses, Marcelo Luján (Talentura)

Explorar la obra anterior de un autor tras el primer descubrimiento es un ejercicio fascinante para sus lectores, especialmente cuando el primer encuentro ha sido revelador, deslumbrante. Esta exploración nos permite entender el origen, el camino recorrido, supone una explicación a la propuesta narrativa con la que le hemos conocido. Si, como en el caso que nos ocupa, descubrimos unos antecedentes literarios inesperados, divergentes con respecto a la obra conocido, el camino es doblemente enriquecedor. Tiene mucho que ver con un recorrido literario que cuenta una historia de búsqueda personal. El escritor quiere, ante todo, contar una historia que muestre quién es, o quién anhela ser. Y el modo de contarlo nos dice a menudo mucho más del propio autor que la historia en sí misma. Buscando obras anteriores a Subsuelo, la magistral y turbadora historia sobre la muerte y el pasado de Marcelo Luján (Salto de Página) llegamos a esta curiosa obra firmada años atrás por el autor, Pequeños...

Resistencia, Scott Kelly (Debate)

" ... (de todos los riesgos asociados a mi condición de astronauta) nada puede compararse con el riesgo más inquietante: el de que algo malo pudiera sucederle a algún ser querido mientras estoy en el espacio, sin forma alguna de volver a casa." Me encanta compartir con vosotros una de las lecturas más estimulantes de los últimos meses. Resistencia, de Scott Kelly, es el testimonio en primera persona del astronauta que estuvo en el año 2015 un año en el espacio. Su experiencia en la Estación Espacial Internacional la transformó en uno de los libros más importantes que existen en torno a la relación del ser humano con la aventura espacial. Reconozco mi fascinación por la profesión de astronauta (¿quién no ha soñado con serlo y al menos jugado a serlo?) y Resistencia es probablemente -con permiso de algún otro que mencionaré después- el libro que mejor describe qué supone ser astronauta, qué motiva a serlo, a qué se renuncia. Es difícil resumir en unas pocas líneas todo lo que ...