Ir al contenido principal

El Ala Izquierda, Cegador, I, Mircea Cartarescu (Impedimenta)

Aunque mi primera experiencia con Mircea Cartarescu no ha sido esta, puedo afirmar que no estaba preparado para lo que he experimentado con El Ala Izquierda, el primer tomo de la trilogía Cegador, para muchos considerada su obra maestra.



Por poner esta reseña en antecedentes, tengo que comenzar ubicando a Cartarescu en el panorama literario actual. Se le supone el gran talento vivo de las letras europeas, con el nobel sobrevolando sobre él, y con una obra, Solenoide, que ha supuesto un terremoto cultural en nuestro país, dando una relevancia inédita a una obra de difícil lectura y con más de ochocientas páginas.

Decidí embarcarme en la literatura de Cartarescu por el nivel sencillo, a través de sus relatos. Así, leí de un tirón El ruletista, una maravillosa obra maestra de la que dí fe en esta reseña. Creí ver al mejor Dostoyevski, a Borges, a Cortázar. Lo terminé y volví a leerlo, convencido de que había descubierto algo grande.



Meses después, y sin saber porqué, dejé a un lado Solenoide, para atacar este primer volumen del proyecto que se nos presentaba como su gran obra. Una semana me bastó para devorarlo y aún me da vueltas en la cabeza.

Es difícil reseñar de forma convencional El Ala Izquierda. Se trata de un ejercicio autobiográfico metaliterario donde el autor se da absoluta libertad para obviar la linealidad del tiempo, el rigor de la memoria y la indudable subjetividad de las experiencias vitales personales. Si tuviera que resumir en una frase qué es El Ala Izquierda, diría que se trata de una monumental construcción autobiográfica donde el autor reflexiona sin reglas establecidas sobre el paso del tiempo y el poder perturbador de la memoria.

Como muestra, una frase sobre la que el autor gira de manera recurrente en la primera parte del libro:



Pues no describes el pasado al escribir sobre asuntos antiguos, sino al escribir sobre el aire brumoso que hay entre ellos y tú. Sobre la forma en que mi cerebro actual envuelve mis cerebros dentro de unos cráneos cada vez más pequeños, de hueso y cartílagos y membranas.


En El Ala Izquierda, Mircea, narrador y protagonista, evoca su infancia, a su madre - una relación que condiciona su vida y a la que retorna constantemente - , a la guerra - a un Bucarest devastado. También al comunismo y todos los sueños que rompió. Y sobretodo a los recuerdos, a los sueños, a cómo los primeros se mezclan con los segundos y cómo lejos de perder veracidad e interés, la realidad adquiere una dimensión de verdad desconocida sin la influencia de la alteración que la imaginación produce en lo real. Como si lo real existiera y no fuera en realidad otra invención de nuestras mentes.



El Ala Izquierda encierra historias dentro de otras historias (algunas maravillosas de forma independiente) y las referencias literarias y culturales son incontables.  No he podido evitar anotar de manera compulsiva nombres de obras y autores que me han ayudado a entender mejor lo que el autor me quería transmitir. En la retina aún permanecen las construcciones imposibles de Piranesi y las arrebatadoramente siniestras ruinas romanas de Desiderio Monsu.



El Ala Izquierda es un Mircea contemplando Bucarest desde la ventana de su habitación, es una búsqueda constante de no se sabe muy bien qué (¿no es eso, a fin de cuentas, la vida?), es su madre, la historia de ella (alejándose del testimonio autobiográfico del autor para caminar como narración con vida propia), es un hospital decadente y una experiencia que marca una vida entera, es la historia maravillosa de Cedric (historias dentro de historias dentro de historias), es un ascensor con una mujer encerrada en medio de las ruinas de un Bucarest tras la guerra.


Leer a Cartarescu es complejo y perturbador, diferente a cualquier cosa, y más cercano a leer a Dostoyevski (ya lo mencioné antes) que a cualquier otro autor coetáneo al escritor rumano. Que le den el Nobel o cualquier otro reconocimiento del estilo es ya lo de menos, porque lo demás es que le descubráis y le leáis de inmediato. No dejéis esperar más tiempo, porque cuando lo hagáis no os perdonaréis haber esperado tanto.










Comentarios

Entradas populares de este blog

Subsuelo, Marcelo Luján (Salto de Página)

Aún conservo el recuerdo, fresco como cuando ocurrió, de los hallazgos literarios que han marcado mi vida. Aunque depende de cada experiencia personal, estos descubrimientos suelen ser pocos, tres, cinco, una decena tal vez, pero describen muy bien la relación de un lector con la literatura, con su literatura. Este itinerario está formado for libros-brújula que nos ayudan a trazar el camino hasta el siguiente. No se trata de encontrar libros que nos gusten, que nos enamoren, que nos hagan ver la vida de otro modo tras su lectura. Los libros-brújula son la vida misma, más que transformarla la definen. Nos definen. Mis libros-brújula. La buena letra, Marinero en tierra, Últimas tardes con Teresa, El Aleph. .. Cada uno ocupa un lugar, una trascendencia propia, personal. Sólo comparten entre sí su condición de imprescindibles para aquellos que quieran conocer mi ser como lector. Y de repente Subsuelo . De repente este libro de Marcelo Luján que remueve los cimientos. Esos ci...

Pequeños pies ingleses, Marcelo Luján (Talentura)

Explorar la obra anterior de un autor tras el primer descubrimiento es un ejercicio fascinante para sus lectores, especialmente cuando el primer encuentro ha sido revelador, deslumbrante. Esta exploración nos permite entender el origen, el camino recorrido, supone una explicación a la propuesta narrativa con la que le hemos conocido. Si, como en el caso que nos ocupa, descubrimos unos antecedentes literarios inesperados, divergentes con respecto a la obra conocido, el camino es doblemente enriquecedor. Tiene mucho que ver con un recorrido literario que cuenta una historia de búsqueda personal. El escritor quiere, ante todo, contar una historia que muestre quién es, o quién anhela ser. Y el modo de contarlo nos dice a menudo mucho más del propio autor que la historia en sí misma. Buscando obras anteriores a Subsuelo, la magistral y turbadora historia sobre la muerte y el pasado de Marcelo Luján (Salto de Página) llegamos a esta curiosa obra firmada años atrás por el autor, Pequeños...

Resistencia, Scott Kelly (Debate)

" ... (de todos los riesgos asociados a mi condición de astronauta) nada puede compararse con el riesgo más inquietante: el de que algo malo pudiera sucederle a algún ser querido mientras estoy en el espacio, sin forma alguna de volver a casa." Me encanta compartir con vosotros una de las lecturas más estimulantes de los últimos meses. Resistencia, de Scott Kelly, es el testimonio en primera persona del astronauta que estuvo en el año 2015 un año en el espacio. Su experiencia en la Estación Espacial Internacional la transformó en uno de los libros más importantes que existen en torno a la relación del ser humano con la aventura espacial. Reconozco mi fascinación por la profesión de astronauta (¿quién no ha soñado con serlo y al menos jugado a serlo?) y Resistencia es probablemente -con permiso de algún otro que mencionaré después- el libro que mejor describe qué supone ser astronauta, qué motiva a serlo, a qué se renuncia. Es difícil resumir en unas pocas líneas todo lo que ...