Ir al contenido principal

Las alegrías

Este verano hemos estado en Cádiz y tengo que decir que hay ciudades – y esta es una de ellas – que sonríen y que te contagian la sonrisa. No hablo de sus gentes (aunque también), me refiero a las propias, a sus calles, a su luz, a su forma de contemplar al mundo, al cielo y al mar en el caso de Cádiz, que por tener, tiene hasta su propio palo flamenco, las Alegrías de Cádiz, esas maravillosas cantiñas. No podían haber elegido mejor el nombre.

Y esto viene a propósito de lo conveniente que es la alegría en nuestra vida, no solo la propia, de la que uno se beneficia de forma evidente (pobres de aquellos que no saben disfrutarla aunque la tengan cerca) sino de la ajena, de las alegrías de otros, de ser capaces de disfrutar de la felicidad ajena. Un vecino que se cura de una enfermedad, el ascenso de un amigo (incluso de un no amigo), al nacimiento de un hijo aunque no sea nuestro hijo, o que a la alcaldesa de tu pueblo la hagan ministra. Alegrarse de la alegría atrae alegría, y de alegría en alegría os traigo alegría en forma de libros que, como podéis adivinar, me han alegrado los últimos coletazos de este maravilloso verano:

Proyecto Hail Mary, Andy Weir


Si despertaras solo en una habitación, no recordaras nada y descubrieras que los objetos (y tú mismo) caen (caéis) a más velocidad de lo “normal”. ¿Qué pensarías? ¿Dónde creerías que estás? ¿Cómo razonarías para averiguar qué está pasando? Si la gravedad no es aparentemente los 9,8 m/s2 a los que estamos acostumbrados, ¿Qué demonios te está ocurriendo?

Esto es justo lo que le pasa al protagonista al comienzo de Proyecto Hail Mary, el libro que acabo de terminar entusiasmado, y cuya lectura os sugiero para terminar el verano.

Partiendo de esta premisa, gracias al razonamiento deductivo y a la lenta recuperación de la memoria del protagonista (flashbacks que le permiten comprender quién es y qué hace allí), este descubre que:  1) no es astronauta, pero está en una misión espacial; 2) está solo, pero no ha estado solo todo el tiempo; 3) del éxito de su viaje depende el destino del planeta Tierra.

Y así, con estos cuatro trazos más o menos guesos, tenemos un libro de la llamada “ciencia ficción dura”, es decir, aquella en la que prima la verosimilitud científica y tecnológica de las historias que desarrolla. A diferencia de otras disciplinas de la ciencia ficción, la base científica es importante, y los autores de este género se apoyan en ella para sus especulaciones narrativas. En definitiva, ¡No todo vale!.

Para que os hagáis una idea, dos ejemplos muy reconocibles dentro de este género son Julio Verne o Isaac Asimov, escritores apasionados por la ciencia (el caso de Verne) o científicos apasionados por la literatura y la divulgación científica (el caso de Asimov).

Evitando desvelar la trama y parte de las sorpresas que encierra la historia, estamos hablando de una de las mejores novelas de ciencia ficción de los últimos años, y la confirmación de Andy Weir como una de las figuras actuales más importantes del género, tras su extraordinario debut con El marciano, allá por el año 2011 (novelón y, por cierto, peliculón).

Por último, me gustaría destacar tres cosas de la obra (y en torno a ella):

Primera. El mensaje de Proyecto Hail Mary, también compartido por El Marciano: La ciencia es la solución a nuestros problemas, y creer en ella es la clave de nuestro futuro. Esto es muy evidente desde el primer ejemplo que ponía al principio (el protagonista aplica el método científico para averiguar quién es, dónde está y qué hace allí), pero es el denominador común de la trama principal (una misión, nuestro planeta en peligro, confianza absoluta en la ciencia para obtener la solución). Como ingeniero que ejerce convencido me entusiasma este mensaje, que debemos difundir en cada ocasión que se nos presente, especialmente a los más jóvenes.

Segunda. La literatura como arma de divulgación, o de cómo la ficción también nos enseña a aprender y a razonar. Esto nos sirve en este caso para la ciencia, pero podemos encontrar enseñanzas muy diversas que ponen en valor la afición por la lectura: personales, profesionales o, por qué no, puramente lúdicas. Proyecto Hail Mary nos aporta un poco de todas ellas. También considero muy importante transmitir este mensaje: leer y aprender son las armas más poderosas que tenemos a nuestro alcance.

Y tercera. Una reflexión sobre el autor, Andy Weir. Su primera novela, El marciano, fue rechazada por las editoriales de ciencia ficción más importantes de Estados Unidos, tras lo cual Weir decidió autopublicarla por 1 dólar en Amazon. El boca a boca y las opiniones de los lectores ha acabado convirtiendo el libro en uno de los grandes éxitos editoriales de la historia de la ciencia ficción, y la historia ha acabado convertida en una película con un rotundo éxito. Weir, igual que sus personajes, nos deja un mensaje tan sencillo como necesario: No te rindas nunca, ten fe en ti mismo y en lo que haces, confía en los que te rodean para sumar.

A lo lejos, Hernán Díaz


En una propuesta en principio inusual de Impedimenta – a la que asociamos con otros territorios literarios – nos hemos zampado este western que huele a clásico. Tanto, que la novela – la primera de Hernán Díaz – ha sido finalista del Premio Pulitzer en 2020. Hay mucho de western crepuscular, de ese postwestern que tan bien entendieron, por poner dos ejemplos, Cormac McCarthy en el exterior y Jon Bilbao dentro de nuestras fronteras. Y ojo, que Jon Bilbao es curiosamente el traductor de la novela (escrita originalmente en inglés). Lo que me hace pensar en la alta influencia (no necesariamente negativa) que el traductor tiene en el tono de una novela. Un librazo, una novela importante que me ha dado un respiro entre libro trascendente y libro más trascendente, y que viene a demostrar que la adicción lectora no está reñida con la calidad literaria.

La muerte del sol, Yan Lianke

Una de las sorpresas de nuestros últimos meses lectores. Un fenómeno insólito asola a un pueblo remoto de China. Sus ciudadanos caen en una especie de sueño delirante que les lleva a (o les permite) actuar con cierta impunidad no permitida en sus vidas convencionales. Una clara alegoría de tiempos actuales, el intento de salvar a un pueblo condenado. Imposible no acordarse de las mejores novelas de Saramago, que también buscaban respuestas a los grandes males colectivos. Recomendable para tiempos oscuros que requieren la búsqueda permanente de luz.

Feliz final de verano, y muchas, muchas, muchas alegrías. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Subsuelo, Marcelo Luján (Salto de Página)

Aún conservo el recuerdo, fresco como cuando ocurrió, de los hallazgos literarios que han marcado mi vida. Aunque depende de cada experiencia personal, estos descubrimientos suelen ser pocos, tres, cinco, una decena tal vez, pero describen muy bien la relación de un lector con la literatura, con su literatura. Este itinerario está formado for libros-brújula que nos ayudan a trazar el camino hasta el siguiente. No se trata de encontrar libros que nos gusten, que nos enamoren, que nos hagan ver la vida de otro modo tras su lectura. Los libros-brújula son la vida misma, más que transformarla la definen. Nos definen. Mis libros-brújula. La buena letra, Marinero en tierra, Últimas tardes con Teresa, El Aleph. .. Cada uno ocupa un lugar, una trascendencia propia, personal. Sólo comparten entre sí su condición de imprescindibles para aquellos que quieran conocer mi ser como lector. Y de repente Subsuelo . De repente este libro de Marcelo Luján que remueve los cimientos. Esos ci...

Pequeños pies ingleses, Marcelo Luján (Talentura)

Explorar la obra anterior de un autor tras el primer descubrimiento es un ejercicio fascinante para sus lectores, especialmente cuando el primer encuentro ha sido revelador, deslumbrante. Esta exploración nos permite entender el origen, el camino recorrido, supone una explicación a la propuesta narrativa con la que le hemos conocido. Si, como en el caso que nos ocupa, descubrimos unos antecedentes literarios inesperados, divergentes con respecto a la obra conocido, el camino es doblemente enriquecedor. Tiene mucho que ver con un recorrido literario que cuenta una historia de búsqueda personal. El escritor quiere, ante todo, contar una historia que muestre quién es, o quién anhela ser. Y el modo de contarlo nos dice a menudo mucho más del propio autor que la historia en sí misma. Buscando obras anteriores a Subsuelo, la magistral y turbadora historia sobre la muerte y el pasado de Marcelo Luján (Salto de Página) llegamos a esta curiosa obra firmada años atrás por el autor, Pequeños...

Resistencia, Scott Kelly (Debate)

" ... (de todos los riesgos asociados a mi condición de astronauta) nada puede compararse con el riesgo más inquietante: el de que algo malo pudiera sucederle a algún ser querido mientras estoy en el espacio, sin forma alguna de volver a casa." Me encanta compartir con vosotros una de las lecturas más estimulantes de los últimos meses. Resistencia, de Scott Kelly, es el testimonio en primera persona del astronauta que estuvo en el año 2015 un año en el espacio. Su experiencia en la Estación Espacial Internacional la transformó en uno de los libros más importantes que existen en torno a la relación del ser humano con la aventura espacial. Reconozco mi fascinación por la profesión de astronauta (¿quién no ha soñado con serlo y al menos jugado a serlo?) y Resistencia es probablemente -con permiso de algún otro que mencionaré después- el libro que mejor describe qué supone ser astronauta, qué motiva a serlo, a qué se renuncia. Es difícil resumir en unas pocas líneas todo lo que ...