Como ya hablé - y no me quiero
repetir - de cómo la ficción podía ser un artefacto perfecto para mostrarnos la
realidad de las cosas (de las cosas que vemos, de las que nos rodean, de las
que sentimos), hoy voy directamente a hablaros de dos de ellas (de dos libros,
por tanto) cuya lectura es de las que recomiendo en cualquier sitio, en
cualquier lugar, me pidan o no una recomendación.
Así que si no queréis una
recomendación literaria de estas que caen del cielo, procurad no coincidir
conmigo en la cola del supermercado, esperando el autobús, en el ascensor.
Porque allí estaré yo, no hablando del tiempo sino del libro que tenéis que
leer dejando todo lo demás a un lado. Te lo recomendaré aunque no te guste
leer, aunque no te caiga bien, aunque no hables mi idioma ni yo el tuyo. Aquí
están, dos novelas que hablan del estado del bienestar (del que tanto
presumimos y que a veces ni se ve ni se le espera) y de una historia inolvidable
que viene de la resaca de la crisis del sector minero en Inglaterra de los años
80, que bien podría ser nuestra historia; cualquier de los dos libros puede ser
perfectamente el mejor libro que ha pasado este año por nuestro blog. Pasen y
lean:
Estado del malestar, Nina Lykke
Una ciudadana noruega de clase
media, felizmente casada y con dos hijas, residente en el barrio más prospero y
progresista de Oslo, se enfrenta de repente con que todo puede reventar en
cualquier momento. Y todo es TODO. Y entonces uno o una piensa que los caminos que te
han llevado a la presunta felicidad son construcciones de cartón piedra, y que
toda la culpa de nuestra ingenuidad es solo nuestra, porque detrás de ese mago
de oz que nos contaba la receta de la felicidad también estábamos nosotros,
contándonos a nosotros mismos la mentira.
Y esto lo cuenta Nina Lykke en la
ficción más despiadada leída por el que escribe en meses, con un humor igual de
despiadado y con una conclusión incontestable: Nadie estamos a salvo de la lava
del volcán.
No puedo recomendar más este
libro, tengas la edad que tengas y las expectativas que tengas de todo esto que
nos hemos construido y de lo que tan orgullosos estamos. Y no puedo contarte
más porque puedo prescribir y recomendar libros con el mayor entusiasmo pero no
he venido aquí a arruinarte la experiencia.
Historia de Shuggie Bain, Douglas Stuart
En medio de la crisis industrial
británica de los años ochenta que acabó con el cierre de una buena parte del
sector minero del país (y de otras cosas que el libro muestra de forma
magistral) conocemos a los Bain, una familia de Glasgow que sobrevive como
puede (los grandes damnificados de todas las crisis hacen eso, sobrevivir como
pueden) y que nos ayuda a entender qué cosas pasan cuando la vida te pasa por
encima.
Shuggie Bain es el hijo de una
familia desestructurada, y sin ánimo de reventar nada (la historia crece con el
lector y no me parece de ley desvelarla) vamos a ser testigos del nacimiento,
infancia y adolescencia de Shuggie, de la relación con su madre (que
probablemente sea la verdadera protagonista, no ella, sino la maravillosa relación entre una madre y un hijo) y de su adicción, de su padre, de
sus hermanos (increíbles secundarios). Y de sí mismo, de su condición de
diferente en un entorno hostil.
Es además el testimonio que
confirma de nuevo que hay un sector débil que sufre siempre más que el resto
(aunque los negacionistas de la violencia de género no quieran verlo). Si eres
mujer, homosexual, o simplemente si te identifican con el débil, las posibilidades
de sufrir más y peor el castigo de los fuertes son mayores. Siempre fue así.
Una de las muchas virtudes de la
novela es el enorme valor de narrar una historia desde el punto de vista de los
personajes que a veces son secundarios pero que la mayoría de las ocasiones son
puro escenario. Nadie pone voz a los aledaños de la crisis contada, a las
miserias de lo cotidiano, al drama personal de cada individuo de la retaguardia
de la vida. Y este libro lo hace.
Historia de Shuggie Bain es la historia oficial de una época, es el
gran libro de la Gran Bretaña de los 80, del periodo más duro del thatcherismo.
Y el lugar también es singular, también representa una de las esquinas de la
historia oficial: En Escocia, y Glasgow en particular, la crisis convulsionó de forma
especialmente virulenta.
Creo que he terminado el libro del año, y también creo que no desvelo nada extraordinario con ello, ya que solo he leído enormes elogios alrededor de la novela, y el haberle sido concedido el premio Booker en 2020 no parece una casualidad. Corred a regalar y a regalaros este libro para las próximas navidades. Nadie tendrá un regalo mejor que este. Un libro sobre la vida y sobre la fuerza del ser humano para hacer de cada día una nueva oportunidad para transformarlo todo.
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