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Leer para entender, leer para militar

A modo de introducción urgente (hay semanas que no dan para más) os presento dos excelentes lecturas que de formas diferentes (una desde la ficción y la otra desde el género autobiográfico) nos permiten entender mejor nuestra realidad, episodios pasados y recientes que han marcado lo que somos y – sobre todo – lo que queremos ser.  El fantasma del Sida en los años 80 y el movimiento Black Lives Matter contados en primera persona y a nuestra disposición para ser entendidos y poder defendernos de – como cantaba Silvio – los perseguidores de tantas primaveras.

Pasen y lean:

Los optimistas, Rebecca Makkai



Pertenezco a una generación (nací en 1978) donde el Sida formó parte del paisaje de fondo de nuestra infancia, con muy poca información y mucha leyenda (como pasa con casi todo lo desconocido, lo más fácil es llenar los espacios vacíos de cualquier manera). La droga, la homosexualidad (en menor medida, pero también) y el propio virus formaron un cocktail que a muchos de nosotros se nos contó como algo lejano, maldito y demoníaco. Afortunadamente crecimos, leímos y entendimos. Descubrimos que la culpa no fue de nuestros padres, porque a ellos también les superó algo que nadie supo (o quiso) explicarles.

Los optimistas cuenta desde la ficción aquellos primeros años donde el virus del Sida arrasó entre una generación – la de los años 80 – y en especial entre la comunidad gay. Estamos en Chicago y la historia arranca en torno a la muerte de Nico, un joven homosexual que es despedido y llorado por sus amigos y por sus familiares de forma emotiva y separada. Todos ellos están descubriendo cómo el Sida es una amenaza que sobrevuela sus cabezas mientras sus vidas, sus sueños y sus expectativas siguen adelante.

En paralelo, la historia avanza treinta años y nos muestra a Fiona – hermana de Nico – en la búsqueda de su hija Claire, a la que hace años que no ve desde que fue captada por una secta, y cuyo rastro acaba de aparecer en París. La historia, aparentemente no relacionada con la historia principal, acaba siendo un relato sobre el que pivota el anterior, ya que la visión desde el presente de Fiona nos permite contemplar desde la distancia lo que significaron esos años de descubrimiento, de desconcierto y de pérdida en una generación mutilada por un virus cuyo conocimiento y aprendizaje venía acompañado de muerte y sufrimiento.

Un libro formidable (quizás demasiado extenso, es difícil no mirar con cierto respecto a sus casi seiscientas páginas) que nos ayuda a entender mejor nuestro pasado reciente y que aborda uno de los primeros episodios históricos de alcance global que recuerda mi generación. De nuevo Sexto Piso coloca una de sus publicaciones en el foco de lo más destacado y cierra un año espléndido para la editorial madrileña. Una apuesta segura para regalar en Navidad (o cuando te de la gana).

 

Cuando te llaman terrorista. Una memoria del Black Lives Matter, Patrisse Khan-Cullors y asha bandele



Tenía muchas ganas de leer sobre los orígenes del movimiento Black Lives Matter más allá de lo aparecido en los periódicos y de las poderosas imágenes que todos hemos podido ver en televisión. ¿Qué pudo hacer saltar la mecha en un país donde la violencia institucional sobre la población negra está tan asumida que nunca fue noticia? De hecho, cuando una historia es tan poco visible durante décadas es necesario hacer un esfuerzo para entender que nada es casualidad y sobre todo – aviso para escépticos – que hay sucesos que no forman parte de una moda ni de una planificación orquestada, sino que surgen como detonante de algo que ha estado oculto pero latente durante muchos años.

Para explicarnos los orígenes del movimiento, Patrisse Khan-Cullors recurre a sus propias memorias – el libro es en realidad la historia de su vida – y nos cuenta cómo fue su infancia, una vida llena de dificultades, una madre que estaba casi siempre trabajando fuera de casa para sacar adelante a la familia, un padre ausente y tres hermanos, sus principales apoyos.

Muy pronto Patrisse descubre que ha nacido en un país donde nacer negra supone una desventaja en sí misma, y que a pesar de que las leyes segregacionistas ya fueron derogadas hace décadas en Estados Unidos, las instituciones siguen negando la igualdad entre razas. La autora es testigo de las múltiples entradas en la cárcel de su hermano, agravadas por una enfermedad mental que las autoridades policiales no solo no entienden sino que responden con más violencia aún. En definitiva, desde sus primeros años de vida es consciente de que ser negro ya te hace sospechoso y que desde la infancia, en el colegio, en la vida en el barrio, desde las instituciones sociales, ser negro (y aún más ser negro y no heterosexual) te convierte en un ser inferior y con menos oportunidades que al resto.

En este contexto, y a través de multitud de casos y ejemplos, Patrisse va construyendo el relato de una conciencia social que estalla con el caso de Trayvon Martin, joven negro de 17 años asesinado en 2013 sin motivo en una calle de Florida y cuyo único delito es resultar sospechoso para su asesino, un adulto blanco con múltiples antecedentes de violencia y de racismo conocido en su entorno. La absolución de este por parte de las autoridades judiciales hace que Patrisse y una amiga inicien un movimiento de indignación y protestas en redes sociales con la etiqueta de Black Lives Matter (Las vidas negras importan). Ese es el inicio de todo, y este va creciendo y extendiéndose por todo el país porque cada vez hay más casos que se visibilizan y que se conocen (no hay más que antes, siempre estuvieron allí, pero ahora hay canales y altavoces que los difunden y los denuncian).

Las memorias de Patrisse Khan-Cullors son un testimonio sobrecogedor y espeluznante, una lectura necesaria para que adquiramos conciencia (y consciencia) de lo importante que es entender y defender las causas que importan, y saber argumentarlas frente a las injerencias tóxicas que pretenden confundirnos haciéndonos creer que todo es igual (la referencia al grupo All Lives Matter recuerda sospechosamente a los opositores a las leyes de violencia de género que podemos encontrar en España).

Feliz semana y felices lecturas. 

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